lunes, 15 de abril de 2013

LA MÚSICA CLÁSICA, LA MEJOR RECETA.


Los beneficios médicos de la Música Clásica son innumerables y en los últimos años han sido los médicos mismos los que se han interesado sobre su uso en la medicina.
Un estudio reciente utilizó la música como  tratamiento para la hipertensión arterial. Los investigadores experimentaron con 90 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 74 años y los dividieron en tres grupos. Un grupo escuchó música de forma regular, mientras que otro grupo tomó parte en algo que se llama “la yoga de la risa” (en el que se obliga a reír al paciente hasta que empiece a sentirse mejor), mientras que el tercer grupo no se expuso ni a la música ni a la risa. Al final del estudio, tanto el grupo que escuchó música clásica como el grupo el grupo de la risa tenían menor presión arterial. Hecho equiparable a eliminar el consumo de sal en nuestra dieta.
Otro estudio, publicado en el Peer Reviewed, revista de Música y Medicina, observó los períodos de recuperación de los pacientes tras la cirugía de cadera o  de rodilla. Las personas fueron sometidas a dosis diarias de música clásica durante al menos 4 hora. Otro grupo, en cambio, no escucho música. Los resultados demostraron que las personas que recibieron la dosis de música junto con sus otros medicamentos después de la operación se recuperaron más rápidamente. Específicamente, el grupo de música probado significativamente mayor en el área de confusión y la cognición mental que el grupo control.
A su vez, cabe recordar el estudio al que se sometieron los integrantes de la Royal Liverpool Orchestra. Ésta acabó ganando, nada más y nada menos que una mención especial por su “Contribución Sobresaliente a la Innovación y el Campo de las Artes y Práctica de la Salud” de la Sociedad Real para la Salud Pública.
Los miembros de la Orquesta Real de Liverpool llevaron sus instrumentos a diferentes instituciones de salud mental para interaccionar con gente con problemas tales como la depresión, la demencia o lesiones cerebrales. El hecho de tener la oportunidad de tocar un instrumento o cantar, ayudó en gran manera a los pacientes que empezaron a sentirse menos aislados, más relajado y confiados, alejándolos momentáneamente de sus respectivas enfermedades o carencias.
En este sentido, los médicos concluyeron que la música, y la compañía de los músicos, ayudó en la recuperación de los pacientes, recuperación que no sería posible sin la orquesta.
Todos, melómanos o no, hemos experimentado el poder que la música tiene sobre nosotros, sobre nuestros sentimientos y nuestros recuerdos, pero ¿la música nos puede ayudar a mejorar nuestra salud? ¿Puede sanar una lesión cerebral? Ante estas evidencias médicas podemos afirmar que sí.
De hecho, la mayoría de las partituras de música clásica oscilan entre los 60 y 140 beats por minuto, lo que estimula el ritmo cardiaco y provoca un estado de relajación y tranquilidad para el cuerpo. La melodía, el tono, el tempo y el ritmo de una pieza puede alterar el estado de un paciente.
"Sin duda alguna, la música es una forma muy poderosa de conectar el cuerpo con la mente. Cuando están conectados, el proceso real de sanación se inicia", explica el Dr. Stephen Sinatra, cardiólogo del Centro de Corazón y Longevidad en Manchester.
La música clásica y barroca puede disminuir la presión sanguínea y los niveles de hormonas de estrés como cortisol y adrenalina, que en exceso pueden dañar el cuerpo y provocan enfermedades.
En otro estudio de 30 pacientes, dos doctores alemanes del Departamento de Neuroradiología de la Escuela de Medicina de Hannover monitorearon los niveles de hormonas de estrés, presión sanguínea y ritmo cardíaco, y encontraron que los pacientes que escucharon música se mantuvieron estables en estos campos, mientras que los niveles de los que no lo hicieron sí aumentaron.
Además, la música ayudó especialmente a los pacientes que sentían miedo o estaban nerviosos por el tratamiento al que se iban a someter.
Más específicamente, el Dr. Sinatra recomienda escuchar esta lista, que incluye:


- El 2º movimiento del Concierto #4 en Brandenburgo, de Bach

- La Suite Orquestral #2, de Bach

- "Venus", de la serie Los Planetas, de Gustav Holst

- El primer movimiento de la Suite de la Madre Ganso, de Ravel